Continuación de la Parte I
La clase de inglés que me impartieron fue más memorable por los extras que trajo. Aquí fue donde ví mapas de concepto y lo que fueron los primeros pasos en la implementación del Assessment en las clases (y en ese momento, la creación de la hora de Destrezas, precursora del periodo del Salón Hogar). Recuerdo especialmente aquella figura de estraza y rellena de papel que hice de Mitchell (ese dinosaurio azul que ven al lado). Ese es el único cuento de inglés en elemental que me acuerdo.
También había un laboratorio de inglés, que debido al poco espacio del salón, solamente era una mesa con un televisor detrás de un biombo de cartulina y una videograbadora con cassettes de Aprenda inglés leyendo en español. Ésto y ponerle closed captions al Cartoon Network me ayudó bastante con la fluidez y pronunciación del dificil.
Estudios Sociales es de esas clases que todavía se dan de forma bastante tradicional, donde el estudiante contesta preguntas objetivas y una que otra subjetiva y unos cuantos proyectos sobre un pueblo, nación o ilustres.
Para ese entonces el currículo de Estudios Sociales tenía lo básico en primero y segundo (albergue, abrigo, alimento, pueblo, la comunidad), para empezar a conocer la historia del pueblo en tercero. De ahí empezabamos a ver la historia de Puerto Rico (4to), Puerto Rico y las Américas (5to), y del Mundo Antiguo y Moderno (6to).
Ahora que los otros días estabamos al paso de una tormenta tropical, recuerdo que el libro magenta de Puerto Rico lo tenía conmigo cuando pasó el Huracán Hortensia. Por esa semana que estuve sin energía eléctrica pasé horas largas leyendo sobre los principios del Siglo XX, y de la Operación Manos a la Obra. Creo que por esa clase cultivé ese sentido de recorrer el pasado e investigar.
Una de esas anécdotas curiosas es cuando teníamos que hacer un cartel mostrando pictóricamente los recursos de Puerto Rico. Específicamente ni sé cual era, pero el material que utilizamos para hacer el mapa de la isla salió, ya hecha a la medida, de los escombros que quedaron cuando pusieron el piso de goma del área de juegos del, para ese entonces nuevo, kindergarden.
Un dato curioso de mis años en la escuela pública es que todos los libros principales que utilicé fueron de la publicadora Merrill. La serie Investiguemos en Ciencia (Accent on Science) tenía una mascota por cada grado curso, además de carátulas "special edition", donde tanto el color como la imagen eran diferentes, pero la información estaba intacta. Todos tomaban el texto colorado, mientras me llevaba la versión amarilla.
Como no habían las facilidades necesarias para hacer experimentos grandes dentro del salón, solamente hacíamos aquellos que no restringían espacio, como el de las semillas de habichuela. Al menos no nos obligaban a hacer un experimento de Feria Científica todos los años.
Una ventaja de vivir en los noventa era que todavía se valoraba el hecho de tener todos los años clases de artes visuales, música, y educación física. en un periodo, dependiendo del día, te tocaba una de las clases, y si tu maestro de salón hogar faltaba, ese era tu maestro substituto. A la misma vez, ellos eran compartidos por las cuatro escuelas elementales del pueblo, cada uno intercalando en dos. Debido a esto, tenían que cargar sus materiales en sus autos o en los almacenes todos los días.
Ya para el cuarto grado, solamente nos daban música y educación física, ya que el de arte lo cambiaron de escuela, mientras que nos quedábamos con el nuevo maestro de educación física, un militar serio con su dieta de ramen y Corn-Nuts (el cual le costó una piedra); y al de música, que debido a su flaqueza, siempre lo tenían de punto. Una de esas anécdotas fue cuando el explotó y arremetió contra todos, fueran o no culpables y la vez que la clase de mi hermano lo ignoró y prendieron el televisor para ver Pantanal (a las 10AM, con todo y entrada subida de tono). Llevo grabados en la mente esos juegos de volleyball, kickball, y beisbol que teníamos contra los grados mayores en esa cancha caliente bajo el sol (ahora bajo techo); los tubitos musicales, cantar Allouette y tocar Yesterday con el Recorder; y derretir crayolas para plancharlas en papel de cera.
A veces los maestros dejaban a los estudiantes regulares colarse en las giras de Título 1, dependiendo de cuantos permisos tenían disponibles. Así pude ir a la Tierra de los Dinosaurios y a obras de teatro. Eso de las giras para los sobresalientes no existía en elemental. Eso si, nos recompensaban con la beca, que para ese tiempo se comenzó a dar como para el 1996.
Aunque no se hacían series educativas locales dirigidos a la grey escolar con enfoque a las materias, teníamos la oportunidad de hacer a tu escuela ganar en A Toda Máquina (1992-2004), un programa de juegos donde dos escuelas públicas batallaban para ganar una enciclopedia y supremacía. Se filmaban en los estudios del Canal 3 (canal del gobierno) en Mayagüez. Cuando nos dieron la oportunidad de participar, el formato en ese momento era que tres estudiantes les tocaba individualemnte rondas de preguntas de los lenguajes (español/inglés/matemática) y a otros dos de ciencias/historia; además de competencias de talento, conocimientos generales, y deportes. Personalmente, me tocó una de esas rondas de esp./ingl./mate y la de generales (la cual saqué perfecta). Sobrepasamos la barrera de los 100 puntos y ganamos, muchos de nosotros haciendo la clásica (y censurable) pose de Degeneration-X como indicación de celebración.
Ese sexto grado fue uno de júbilo y algarabía para aquella escuela, una de esas provenientes de este curita que escribe esto. en la tercera (y última) parte relataré mis primeros pininos matemáticos y como fué que gané el primer lugar a Nivel Estatal en las antiguas Competencias de Matemática.
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