En esta semana, los estudiantes primarios y secundarios de Puerto Rico retornaron a las aulas escolares con resultados mixtos. Teníamos planteles inoperantes con los techos caidos, yerbas más altas que yo, salones infestados por excremento de rata, y faltos de conserjes. Otros operaban pero le faltaba esos servicios escenciales para conllevar la educación, como la falta de tecnología, luz, agua, alimentos, y, no menos importante, maestros. Por el otro lado tenemos escuelas perfectamente operables con la más alta tecnología, coincidentemente el gobernador se presenta ahí...
¿En dos meses no pueden de inmediato hacer esas modificaciones? No es predecir que están a medias y que los maestros van a llegar con sonrisas de oreja a oreja. No existe una comunicación positiva y por eso se ganan que les hagan paros.
Al menos en algunas cosas el Gobe ha pensado bien. Sale una enmienda que expande el área de eligibilidad de becas escolares eliminando el requisito de tener ingresos bajos. En otras palabras, no importa si perteneces a familia pudiente o paupérrima, si eres estudiante de escuela pública, cumples con 3.50 de promedio (mínimo para A) o más y pasastes la PPAA (Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico) con 85% de aprobación, se te debe dar dinero como recompensa.
Solamente espero que en las próximas semanas todo se enderece y no pase de castaño a oscuro.
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